miércoles, 3 de noviembre de 2021

Desde que te conocí


Desde que te conocí comprendí cuán milagroso ha sido que pudiese respirar sin tu presencia, que pudiese ver sin tu luz, o vivir sin tu piel.

¿Cómo es que semejante prodigio ha ocurrido en este mundo lleno de prodigios?
...Y recorro estas calles, Palermo viejo y sucio, Palermo hermoso y caluroso, las recorro buscando tu rostro, tu olor, tu suavidad.
Pasa un aroma a mi lado y me detengo a respirar, a identificar, a tratar de saber si el aire compasivo ha expulsado el perfume de tu piel por los jardines para permitirme vivir un día más.
En ocasiones me pregunto cuál es el significado de que estés, de que existas, de que muera por verte o por tocarte si apenas llego a contemplarte lejanamente y entre tú y yo sólo hay un Palermo sucio o hermoso, un lugar lleno de árboles y cementerios de palabras.
Mi dador de vida, mi señor del aire: como un ángel perverso y desarraigado del cielo que seduce en silencio con la carne fresca como un racimo inalcanzable en la viña de algún dios.
Camino por lugares que jamás pensé recorrer, cruzo puentes y bordeo el césped prolijo de los parques... nada me interesa, estoy aquí para tratar de absorberte con el aire...
Estoy enamorada de tu recuerdo, de tu ausencia, de tu silencio, de todo lo que no me das, de todo lo que es apenas un sueño.
(No señora, no huela esa flor, tiene un aroma que es mío. No respire este aire, anciana señora. Muera, que ya es hora de morir. Todo lo que hay aquí contiene algo que me pertenece).
El mundo está lleno de intrusos, de ladrones de sombras, de robadores de ilusiones.
(La mujer se aleja y siento que se lleva consigo un trozo de ti).
Muero de celos de este parque, de este sol, de la estatua que besa la fuente, del agua que se derrama como llorando verde, del barco que se mece en el lago tranquilo, de un pequeño caballo que espera pasear a algún niño, del puesto de diarios, de los edificios que se alzan arrojando pálidas sombras, de los muros con sus hiedras... de la playa dormida, de la inmensa rueda que sacude a la gente, de las risas que se desprenden de los juegos, del horizonte y de lo infinito... de todo aquello que a menudo contemplas y que te contempla, de todo lo que a veces contienes y que te contiene: celos de la mujer que en la flor te respiró y alimentó sus puntiagudos y quebradizos huesos por un día más.
Nada me interesa, estoy aquí para tratar de poseerte de alguna forma: poseyendo todo lo que te rodea, los lugares que pisas, las cosas que tus ojos bautizan, los silencios que desprendes cuando caminas.
¡Si pudiera no amarte! ... entonces no amaría en lo absoluto.
No tengo nada más que decirte, no tengo conceptos que construir, ni frases que disfrazar, ni poesías para endulzarte, ni imágenes para venderte. Nada me interesa, estoy aquí para tratar de apoderarme de ti de la única forma que puedo hacerlo: en el aire...
... y es por una necesidad vital, si no estás no puedo respirar.

Paula 2004

9 comentarios:

  1. Desde el amor... Bonito relato que rescatas y nos dejas.
    Un abrazo.

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  2. Esa última frase si no esas no puedo respirar, es magnifica. Un buen relato donde el amor es la premisa de todo él. Un besote y muy buen fin de semana muakis.

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  3. Gosto muito da tua expressão escrita. Paula.
    É uma delícia ler a tua prosa poética.
    Excelente!

    Um bom fim de semana para ti!
    Beijos!

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  4. me gustan esas escenas cotidianas, paseando por el parque.
    los olores nos evocan muchos recuerdos.
    besos!

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