Cuando tenía 18 años estaba muy enamorada de uno de mis mejores amigos. Nos quedábamos horas hablando en el jardín durante la madrugada, el fumaba su cigarro, yo sacudía mi llave y el tiempo se esfumaba entre nosotros.
Tantas veces acabamos acostados en el pasto húmedo mirando estrellas y hablando de cualquier tema...
Recuerdo de él algo muy especial: Su perfume.
En realidad yo me enamoré antes de su perfume que de él.
Olía tan bien, tan suave, que sentía el impulso de abrazarlo, pero no podía hacerlo ¡eramos apenas amigos!
Una noche de mucho calor se quitó el sweater de abrigo y lo apoyó sobre una silla mientras conversábamos sentados en el pasto.
Yo sentía sed, así que decidí ir por agua...
pero cuando pasé junto al sweater fue inevitable que lo tomara, y lo llevara conmigo hacia la casa. Mi amigo no lo notó.
Entonces, ya a solas con el abrigo en mis manos lo abracé sintiendo su perfume.
Un mareo golpéó mi entraña ¡cuánto amaba a ese joven!
Sin pensarlo lo guarde en mi armario.
Él se fue tarde sin siquiera recordar el sweater que días después se quejaba de no encontrar.
LO ROBÉ, ME ROBÉ A MI AMOR EN SU SWEATER y preservé su aroma hasta que el tiempo lo desgastó igual que a nuestra amistad.
Recuerdo que cada vez que lo extrañaba, cada vez que me carcomía el alma el sentimiento, callaba y dormía abrazada al sweater...
Así de a poco el tiempo nos alejó, la distancia hermética hizo su trabajo, y el sweater desgastado yace aún en algún rincón, pero de mi alma...
Paula 2010
¡Qué hermosa y qué triste historia romántica, Paula! me ha conmovido mucho. El amor platónico es tan dulce y a la vez tan verdadero como cualquier otro. Un amor de juventud inolvidable por cierto. Abrazos.
ResponderEliminarEs un amor especial aquel que es plarónico, porque su fuerza yace finalmente en su platonicidad.
EliminarBesazo al alma querida Ingrid.
En ocasiones nos vemos atrapados por algo incontrolable que irremediablemente nos ata a alguien. Ya sea una mirada profunda, una risa clara, o ése perfume que nos embriaga.
ResponderEliminarUn abrazo
Así es, a veces uno queda prendido de algo y eso permanece en nuestra mente como un recuerdo vívido.
EliminarBesazo y feliz miércoles.
Qué historia tan bonita. Al principio de estar con Manolo me encantaba "olerme" porque olía a él.
ResponderEliminarUn abrazo.
Qué lindo lo que dices y es que el aroma es algo que nos transporta a situaciones y personas determinadas.
EliminarBesazooooo y feliz miércoles.
Un olor es el mejor recuerdo, el que mas tiempo permanece y hoy me has recordado recuerdos almacenados. Abrazos preciosa
ResponderEliminarAsí es Ester, el aroma evoca miles de sensaciones...
EliminarBesazo Ester.
Precioso Paula, me ha encantado tu relato. Es cierto, a mí aun me llegan olores del pasto mojado de cuando era muy pequeña y me trae recuerdos. Los olores son lo que más se nos queda en la memoria.
ResponderEliminarAbrazos
Gracias Isa, los aromas permanecen siempre en la memoria.
EliminarBesazo
Penso que todo o ser humano, na sua juventude, amou alguém sem que esse alguém alguma vez o soubesse. São aquelas paixões que despertam o coração para a vida. Também existem amores e paixões que, vividas mutuamente, ficam para sempre gravadas no coração, mesmo que um dia terminem e os laços se partam. Por isso é tão sedutor o AMOR, não é verdade?
ResponderEliminar.
Deixando cumprimentos
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Pensamentos e Devaneios Poéticos
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Ciertamente concuerdo contigo Ricardo, aquello que tanto se amó en la juventud, nos marca para siempre...
EliminarBesazo y feliz miércoles.
Fíjate que lindo lo has contado, creo que en realidad tu amor era ese perfume que de alguna manera despierto en ti algo pues la distancia hizo el resto, y el aroma perdura en tu alma. Muy bonito. Besos cielo.
ResponderEliminarGracias amiga, un besazo.
EliminarEs un bonito relato, felicidades.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Rafael, un abrazo para ti también.
EliminarUna historia triste pero hermosa, y ese sweater vivió más abrazos y amor que si no te lo hubiese llevado, seguro. Besos cariño :D
ResponderEliminarGracias Margarita, un abrazo para ti también.
EliminarSo beautiful post
ResponderEliminarGracias!
EliminarComo el poster de una amiga que se mandó a hacer, y al final yo me quedé con él, después delos primeros besos. Escarbando en el desván, hallé el afiche, con los colores desvaídos de la nostalgia. Un abrazo. Carlos
ResponderEliminarAsí es, se trata de algo material que es simbólico...
EliminarBesazo.
Fue el símbolo de ese gran amor por el amigo.
ResponderEliminarBesos.
Es totalmente cierto...
EliminarBesos.
Qué preciosidad Paula. Lo viví con una polera, Uds creo que le dicen remera. Tu relato está muy bien construido, no le falta ni le sobra nada. Realmente me encantó y el final, magistral amiga!
ResponderEliminarPD, la polera la tiré, primero de mi armario y luego de mi alma, fue sanador. Era como un hilo amoroso al inicio, pero después se transformó en cruel cadena.
Gracias Paty por esas palabras, me alegro que te haya gustado, un beso enorme y feliz fin de semana.
EliminarBonitos recuerdos de un amor de juventud. Besos.
ResponderEliminarBesos para ti.
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