Dormitaba recostada contra la pared fría. Los ojos cansados temblaban mientras el sueño los sujetaba entornados, caídos sobre sí mismos
Sentía, en medio de los sonidos de la noche, tu falta. Me faltabas, y en tu ausencia se construía el minuto y la hora, se perfilaba todo lo demás.
Cada cosa estaba definida en torno a ti, a la distancia entre tú y yo. Una distancia maciza, dura, hermética que se erigía entre los dos.
Por las frescas paredes se escurrían las sombras, por los rincones la oscuridad se elevaba como un vaho llenando con su lobreguez la habitación.
Bebía agua a pequeños sorbos saboreando su sabor a nada y respiraba en el mismo compás del silencio.
A lo lejos sonaba una vieja canción, que de pronto tarareaba como autómata. Una y otra vez comenzaba y terminaba y volvía a comenzar... Todo nacía y moría casi sin percibirlo.
Paula
Uf, la ausencia y la noche en silencio y soledad, los minutos que no pasan llenándolos con movimientos innecesarios, con escenas idas. Qué difícil se vuelve todo Paula...
ResponderEliminarBesos enormes desde la madrugada de la otra orilla.
Gracias por tu visita Luz, y beso muy grande para ti también.
EliminarEs un texto que, además de soledad y nostalgia, da cierta angustia al final por ese toque cíclico que le has dado al tiempo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Así es Noelia, un momento de cierta angustia en la noche.
EliminarBeso grande y feliz semana.
¡Qué triste sensación a nada! y todo provocado por la ausencia del ser amado, Paula. Muy buena tu prosa y muy realista. Un abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias Ingrid, otro abrazo para ti.
EliminarQué intenso y hermoso Paula. Qué forma más maravillosa de describir la ausencia y que imagen más impactante. Besos :D
ResponderEliminarGracias Margarita, un beso enorme para ti también.
EliminarLa ausencia causa estragos cuando se hace insoportable, nos has metido en un bucle y cuesta saltar y salir. Abrazos
ResponderEliminarAsí es Ester, la ausencia puede volverse insoportable.
EliminarBesazo y abrazo.
¡Qué sensación tan intensa!
ResponderEliminarUn beso, Paula.
Muchas gracias Maricarmen, un beso enorme.
EliminarLa angustia de sentir ésa ausencia que permanece en la retina y el corazón como un ente abstracto que no desaparece pero que no aporta ni calor ni frío.
ResponderEliminarMe encantó leerte.
Un abrazo.
Muy buena lectura de mi pequeño texto, un beso grande.
EliminarCuando sentimos esa ausencia de la persona que sentimos y queremos es una soledad que solo el recuerdo la puede calmar. Un `precioso martes para ti. Besos.
ResponderEliminarBeso inmenso Ángeles.
EliminarTal vez sea que nos ponemos en blanco, no somos capaces de pensar en lo que sentimos. Muy buen relato Paula. Gracias por compartir.
ResponderEliminarTal vez sea como dices Anton, gracias por tu visita.
EliminarHola!! me gusto mucho el texto, es fantástico. Besos
ResponderEliminarMuchas gracias Ahyde, un beso enorme.
EliminarAusencia y nostalgia.
ResponderEliminarUn abrazo.
Así es Rafael, mucha nostalgia.
EliminarBesazo.
La ausencia se vistió de nostalgia.
ResponderEliminarPero está tan bien escrita que parece bella.
Besos.
Muchas gracias Toro, un beso.
EliminarQué sentir, Paula ... cuanto comprendo ese... "Todo nacía y moría casi sin percibirlo."
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Enrique, otro abrazo para ti también.
EliminarTal vez en tus letras se desprende nostalgia y ausencia.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo Paula.
Exactamente Juan, besazo.
EliminarUn texto inquietante.
ResponderEliminarBesos.
Tal vez...
EliminarBeso grande.
Me ha encantado Paula. Besos.
ResponderEliminarHola Paula, espero te encuentres bien.
ResponderEliminarPasé a leerte y no encontré creaciones nuevas por lo que hice un paseíto a aquellas que se me habían quedado atrás sin comentar. Y esta me llamó la atención, me imbuí en el escenario, creo alguna vez haberlo vivido. Cuando extrañamos a alguien que amamos, la noche se hace larga y tediosa, pareciera que en esas horas las ausencias son más notorias y la nostalgia aún más aguda. Más que mal en el día contamos con mucha bulla y distracciones. Pero a la vez también son en esos momentos cuando más podemos mirar nuestra alma y hacernos preguntas del por qué sentimos lo que sentimos y cual es el mensaje que nos trae ese dolor. El amor en su faceta del desamor dicen y creo que es nuestro mayor maestro en este camino de la vida.
Excelente tema amiga como también tu forma de describirlo. Un beso y abrazo, cuídate mucho, Paty